Facebook no puede permitir que sus millones de usuarios se aburran y dejen de pasar horas en su plataforma. Para refrescar su atractivo, continuamente desarrolla nuevas prestaciones que reenganchen a sus fans y los mantenga entretenidos en su campo de juegos. La semana pasada fue la presentación de Facebook 360, proyecto que aglutina varios campos dentro del audiovisual inmersivo: Video 360, Surround 360, Spatial Workstation y Fotos 360. Esta última en concreto es de la que vamos a hablar en este post.

 

Cada día se publican millones de fotos en Facebook. Los perfiles personales lo hacen para compartir instantes de su vida en sus círculos de amigos, mientras que las páginas profesionales lo hacen para conectar con sus seguidores y generar engagement. Con Fotos 360, Facebook quiere revolucionar (una vez más) el modo de comunicar contenidos y el modo de interactuar con él.

Esta opción ya está disponible. Para publicar fotos 360, solo hace falta tomar una imagen panorámica desde tu móvil –con una cámara que permita el modo panorámico o a través de una app específica- y publicarla con normalidad, como harías con cualquier otra imagen. Facebook la procesa para que se visualice desde una ventana que, al ser desplazada, muestra diferentes ángulos de la misma foto.

 

 

Ofrece una experiencia totalmente inmersiva, situando al espectador en una posición central. Debes saber que, por el momento, no aparecen publicadas inmediatamente. Como ocurre con el procesamiento de los vídeos, es un poco lento ya que tiene que manejar mucha información. Imaginamos que será más ágil a corto plazo.

Identificarás las fotos 360 en tu feed porque incluyen un icono de brújula al lado derecho de la imagen. La experiencia es mucho más espectacular si exploras las fotos 360 desde un móvil, ya que los giroscopios sincronizan el desplazamiento de tu mano con el movimiento sobre la imagen, haciéndolo envolvente. Puedes pulsarla y arrastrar o simplemente mover, girar, subir o bajar el dispositivo con la mano. Pruébalo, te va a encantar. En ordenador, basta hacer clic y arrastrar la imagen con el cursor.

 

 

También podemos explorar las fotos 360 en modo realidad virtual desde un dispositivo Samsung con soporte para Oculus, lo que multiplica las posibilidades en un terreno todavía más prometedor. ¿Te imaginas todo lo que podrás hacer con las fotos 360 a la hora de capturar instantes? Estar entre el público de un festival, visitar el interior de museos, asistir a eventos de tus marcas favoritas, hacer anuncios, contar historias… en definitiva, una puerta abierta a que usemos la imaginación y lo compartamos con nuestros seguidores.

 

¿Cómo hago fotografías en 360?

  1. Toma una foto panorámica con tu dispositivo iOS o Samsung Galaxy, app de cámara para imágenes 360 u otro dispositivo que incluya esta opción.
  2. Abre Facebook y sube la imagen como haces habitualmente. Cuando esté publicada, la foto se identificará como 360 con un icono de brújula.

En dispositivos compatibles con Samsung Gear VR, verás un botón en la parte superior izquierda de la imagen que indica “Ver en realidad virtual”. Haz clic en él e inserta el móvil en el dispositivo Gear VR.

 

 

¿Quieres saber más sobre el proyecto Facebook 360?

En estos links oficiales podrás conocer todo lo que llega sobre el audiovisual inmersivo desarrollado por Facebook.

Web oficial Facebook 360 / Comunidad Facebook 360  / Facebook Fotos 360 / Facebook Surround 360 / Facebook 360 Spatial Workstation

 

La interacción es un viejo deseo del arte: producir una reacción en el público y que esta modifique el impulso que la originó. Muchos han soñado con crear una obra modulable que se adapte a quien la atienda, que su reflejo regrese y se comparta a coro, propagado en una práctica colectiva. Este proceso significaría terminar definitivamente con el monólogo unidireccional, hacia una comunicación verdadera en la experiencia artística.

En el ámbito de la música existen numerosos intentos en busca de este efecto bumerán, pero siempre estuvieron atrapados por las limitaciones tecnológicas del momento. Recordamos el lanzamiento de “Biophilia” de Björk en 2011 como el primer álbum-aplicación de la historia que buscaba la experiencia total del oyente. El disco de código abierto, como invitación a intervenirlo, a participar activamente en su estructura, por fin es una realidad.

Massive Attack acaba de lanzar Fantom, app que convierte en artista a quien la usa. Se impregna de quien la activa gracias a datos recogidos en sus dispositivos, para remezclar las canciones de su nuevo EP. Los propios Robert Del Naja y Grant Marshall la definen como un reproductor musical sensorial.

Fantom funciona con Apple Watch, iPhone 5s o superior y utiliza tu geolocalización, hora del día, imágenes del dispositivo, tu propio movimiento y pulso cardíaco para manipular la música. Además, permite a los usuarios crear y grabar videos para guardarlos y compartirlos.

 

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La app trabaja con los sensores del iPhone y Apple Watch y la propia app Salud que traen estos dispositivos. De este modo, el oyente puede moverse y crear un remix en vivo con un conjunto de imputs único. Además, los usuarios de Apple Watch pueden utilizar su latido del corazón para variar la cadencia harmónica y el ritmo de 4 las canciones disponibles que, por cierto, también podrán escucharse tal y como fueron grabadas.

Robert del Naja ha trabajado en estrecha colaboración junto al equipo de desarrollo y ha explicado que la idea surgió cuando estaban considerando crear remixes para su nuevo lanzamiento y se cuestionaron el hecho de publicar un álbum con temas cerrados, cuando existen algoritmos que pueden hacerlos en vivo y en directo.

Parece que Fantom no va a ser la última innovación tecnológica de Massive Attack. Robert cuenta que se pregunta ¿qué podría ocurrir si en un concierto agregas los datos personales de todas las personas asistentes que se hayan instalado la app? Quizás sería posible remezclar a tiempo real las canciones que están tocando en ese momento y crear una experiencia sensorial en grupo. Es la afirmación definitiva del individuo en sociedad, el gran tema obsesivo que aparece constantemente a lo largo de su obra.

Puedes descargar Fantom en iTunes Store y en App Store.

 

Nada es comparable a cumplir los 18, ese momento mágico en que los jóvenes acceden al mundo adulto. Uno de los sueños de los adolescentes era llegar a esa edad para sacarse el carné de conducir, pero las cosas están cambiando. Las agencias de publicidad viven una contradicción: sus nuevos anuncios repiten los mismos clichés de siempre para intentar vender coches, cuando hace tiempo que estos dejaron de ser símbolo de libertad y status social.

 

 

Los privilegios de la industria del automóvil están a la altura de su poder. Tras el escándalo de Volkswagen, Bruselas ha preferido cambiar la ley y elevar los niveles de emisiones antes que plantar cara al fraude. Como los empleos que genera la automoción son vitales para los estados, reciben una protección especial. Además de las ayudas directas a las empresas, también las hay para estimular el mercado. Estas subvenciones tipo plan renove no están destinadas a retirar los coches viejos, sino a su reemplazo por coches nuevos; no buscan la reducción definitiva del parque automovilístico, sino perpetuarlo.

La producción no puede detenerse sin trastornar la economía mundial. Para que los precios no caigan cuando baja la demanda y la oferta se desborda, los coches nuevos que no encuentran comprador se pudren a la intemperie en grandes parkings por todo el mundo. Pero el lobby de la automoción tiene otros motivos para preocuparse: nuevos hábitos de consumo están cambiando la percepción del coche en la sociedad.

A nivel mundial, la población sigue concentrándose en áreas urbanas, donde el auto representa un medio de transporte cada vez es más caro, molesto y menos eficiente. Las ciudades pensadas para ir a todas partes en coche ahora emprenden el camino inverso, planeando políticas de proximidad. El tráfico desde las periferias residenciales a las industriales y hacia los centros urbanos están siendo revisado a fin de reducir los desplazamientos.

Pekín es un buen ejemplo de este problema: el 80% de la población se movía en bicicleta antes de la expansión económica china, pero ahora suma a su parque automovilístico 1.200 coches nuevos diariamente. La contaminación es un problema tan serio que ha convertido el uso de la bicicleta en una temeridad, sin que las autoridades encuentren el modo de darle la vuelta a la situación.

 

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Images copyright Chris LaBrooy, embedded from «Auto Aerobics» by Chris LaBrooy

En España, la crisis está obligando a modificar los modelos productivos. El mundo digital no solo posibilita nuevos trabajos que se realizan desde casa, también permite una optimización del consumo, con plataformas para compartir coche como Uber y Blablacar. El aumento de la confianza en el comercio online y el desarrollo de apps favorecen nuevos servicios de uso compartido, préstamo y alquiler entre particulares, como DrivyLa dependencia hacia el auto en propiedad está siendo cuestionada desde muchos frentes. El coche ha dejado de ser algo necesario e inevitable para convertirse en un lujo aparatoso.

Son los jóvenes quienes están cambiando el paradigma. En Alemania, en 2012, solo el 7% de los coches nuevos fueron comprados por veinteañeros, cuando 10 años antes la cifra era más del doble. En Estados Unidos, el número de menores de 34 años sin carné aumentó un 5% en la década de 2000 a 2010. En España, desde los años 80 hasta ahora, los conductores menores de 24 años han pasado del 20% al 8%, y de 25 a 44 años han pasado del 59% al 45%. Desde que comenzó la crisis, las autoescuelas españolas han tramitado un 50% menos de licencias.

Una nueva sensibilidad colectiva empieza a rechazar el coche, pero el cambio de mentalidad podría llegar más lejos. Ahora no solo valoramos la salud del medio ambiente, los artículos de km. 0 o el consumo colaborativo. También afecta a la vieja concepción individualista y competitiva de la sociedad, hacia una nueva reivindicación de lo público, donde los límites estrictos de la propiedad privada y la exclusividad personal quedan obsoletos.

 

Esta semana Mark Zuckerberg ha confirmado que la próxima novedad a incorporar a Facebook será el botón de “No me gusta”. Esto, que parece una cuestión mejor, implica uno de los cambios más profundos afrontados en la red social. Los usuarios lo llevan pidiendo desde hace tiempo. Cualquiera ha echado en falta alguna vez un modo directo e inequívoco de dar un toque de atención a quien publica cosas que desaprobamos. Sin embargo, permitir el dislike puede alterar bastante la filosofía original de la plataforma.

 

El temor a que Facebook se llenara de mal rollo era la principal justificación a su reticencia. Paradójicamente, impedir a los usuarios manifestar desacuerdo también limita su capacidad de empatizar entre ellos. En cualquier caso, no es tarea fácil concentrar todos los matices de una negativa en un solo gesto. ¿Cómo puede afectar al funcionamiento de Facebook abrir la puerta a la disconformidad?

 

El no me gusta personal

No se espera que los usuarios desaprueben masivamente las actualizaciones de sus amigos, precisamente para no exponerse a un retorno de rechazo. Aunque parezca lo contrario, en Facebook predomina la diplomacia sobre la sinceridad. La novedad podría dar lugar a excesos, debates acalorados e incluso represalias, pero es de suponer que los usuarios acaben actuando como moderadores mutuos, hasta encontrar un equilibrio que estabilice sus interacciones. La gente aprenderá pronto a resolver sus diferencias por sí misma y a sancionar los abusos o las actitudes irresponsables.

 

El no me gusta comercial

Otra cosa muy diferente es la relación hacia a las marcas, porque su impersonalidad no exige la mismo autocontrol. La frialdad del medio digital produce un distanciamiento en el que ya no es necesario dar la cara. Las personas disgustadas son de gatillo fácil y no dudarán en desquitarse apretando un simple botón. Los trolls y los haters tendrán nuevos palos y piedras para lanzar.

 

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El nuevo botón puede ser una pesadilla para los gestores de marcas que produzcan experiencias decepcionantes. Esto puede ser una excelente oportunidad para esforzarse más en hacer las cosas mejor. Si algo no gusta en absoluto, tendremos campañas de descrédito mucho más incisivas que las actuales. Los community managers nos enfrentaremos a nuevas complicaciones pero, en general, el dislike será una innovación positiva.

 

Como es previsible que esta interacción quede reflejada en las analíticas, tendremos acceso a una nueva fuente de información sobre el impacto de nuestros mensajes. Se abre la posibilidad de realizar pequeños testeos e indagar en aspectos inexplorados de nuestra audiencia. Por ejemplo, publicar fotografías concretas de una colección para anticipar la aceptación de una campaña, o provocar polémicas artificiales que eleven el engagement.

 

¿Quién se beneficiará de ello?

Ya que nada es fortuito en las grandes compañías que cotizan en bolsa, ha llegado el momento de preguntarse ¿qué beneficio obtiene Facebook de instalar el botón de “No me gusta” precisamente ahora? No parece ser una concesión a los fans para que puedan expresarse mejor. Todo apunta a que los departamentos de marketing de las empresas sean los más perjudicados. A partir de ahora, se arriesgan a crisis de reputación más severas y, por tanto, necesitarán gastar más dinero en corregirlas. Esto ocurre cuando las marcas ya se han adaptado a los requisitos comerciales de Facebook. Ahora deberán ajustar sus estrategias una vez más.

 

¿Estáis preparados para no gustar?

Hay un debate abierto sobre el precio a pagar por mantener nuestro cerebro constantemente conectado en un mundo digital. Hemos perdido memoria y poder de concentración, pero hemos ganado agilidad mental ¿Somos más versátiles ahora o estamos perdiendo facultades? ¿Los humanos del futuro serán más tontos o serán más listos?

Cuando una nueva tecnología penetra a gran escala en la sociedad, acaba transformándola. Internet es la que más intensamente lo hace. No solo modifica la conducta de las personas, también altera los procesos cognitivos y crea nuevos mecanismos mentales.

La experiencia que vivió la televisión es un buen ejemplo de esto. Nada más llegar a los primeros hogares, se pensó en sus posibilidades pedagógicas. Incluso se llegó a creer que podría sustituir a las escuelas. Sin embargo, desde el principio, los programas educativos fueron minoritarios frente a otros contenidos más insustanciales. Así se ganó el apodo de “caja tonta”. En sí misma, la televisión no hace a los niños ni más inteligentes ni más idiotas. Su poder transformador no depende de qué es, sino de cómo se utiliza.

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La interactividad era el talón de Aquiles de internet. En los 90 se pensaba que si cualquiera podía publicar su opinión en foros y blogs, la red se llenaría de estupideces y se obstaculizaría el acceso a la información fidedigna. Pero esa pluralidad de voces solo es una barrera para quien no sabe buscar.

El problema no parecía estar en perder el tiempo persiguiendo un dato concreto, sino en hacer muchas cosas a la vez. En su libro «¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Superficiales», Nicholas Carr alertaba de cómo las multitareas digitales estaban reduciendo nuestra capacidad de concentración. Si educamos nuestra mente favoreciendo lo inmediato, perdemos profundidad en el conocimiento. Podemos apreciar muchos más detalles por segundo, pero no significarán nada después.

 

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Actualmente, la visión de Carr de tontos distraídos tiene sus opositores, para los cuales internet favorece las conexiones entre personas, permitiendo que en la divulgación de opiniones se construyan superestructuras de pensamiento. Clive Thompson, en su libro «Más listo de lo que piensas: cómo la tecnología está cambiando nuestras mentes para mejor», ve el asunto con más optimismo: conceptualmente, internet es una herramienta colaborativa que permite profundizar en cualquier asunto hasta el infinito.

Kevin Drum sospecha en un efecto intermedio: que internet hace más listos a los listos y más tontos a los tontos. Tener éxito en la caza de la información requiere un entrenamiento y una inteligencia previa, que ayude a discriminar entre lo posiblemente cierto y lo posiblemente falso. Sin ella, internet es un laberinto donde rendirse al engaño.

Es pronto para sacar conclusiones definitivas, pero algo es inequívocamente cierto: internet está transformando la manera en que procesamos la información. Nuestra mente es plástica y se adapta a las nuevas necesidades, desarrollando nuevas habilidades y perdiendo otras rápidamente. No solo somos diferentes a nuestros padres, ya somos diferentes a nuestros hermanos, con cerebros que tienen a comportarse como terminales neuronales que trabajan en red.

¿Recuerdas cuándo oíste hablar de Google la primera vez? En realidad, no hace tanto. Como otros gigantes tecnológicos tan asentados en nuestras vidas, apareció en escena muy recientemente. El próximo 27 de septiembre cumplirá 17 años. Mucho o poco, según se mire, su trayectoria ha sido vertiginosa. Hasta tal punto, que su evolución natural lo ha llevado a necesitar un nuevo nombre.

 

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Sus padres (Larry Page y Sergey Brin) no quisieron limitarse a un único modelo de negocio, pensando siempre en nuevas aplicaciones para cada innovación que firmaban. La curiosidad de Google ha mostrado interés por campos tan variados como el transporte o la medicina, proyectando siempre una mentalidad de progreso hacia un mundo mejor.

Los beneficios del buscador suman miles de millones de dólares. Hace un año cumplió su 10º aniversario en NASDAQ, con un valor 14 veces superior a su salida a bolsa. Es la base financiera de un sistema de incubadoras para proyectos secundarios, que no necesitan mostrarse rentables a corto plazo. Este vivero de conceptos nutre de ideas frescas y patentes la caja fuerte de la multinacional, asegurándole un puesto destacado en I+D.

 

Sería ingenuo imaginar Alphabet
como una corporación
bienintencionada y filantrópica.

 

Hasta hoy, Google ha mostrado dos líneas de acción: el negocio básico (Chrome, Android, YouTube, etc.) y el laboratorio de ideas que engloba todo lo demás. Para favorecer la independencia de cada rama, sus directivos han decidido reservar el nombre de Google para el primer grupo y desligarlo de los demás proyectos. Desde ahora será un apéndice del nuevo gigante, Alphabet, pensado para denominar un conglomerado empresarial de iniciativas tecnológicas.

 

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El horizonte al que mira Alphabet

Pasar del desarrollo de software a hacer hardware ha sido su principal salto cualitativo. Las Google Glass son el producto más conocido de esta nueva generación, pero es solo el principio. Cada día se le descubren nuevas posibilidades -por ejemplo, la asistencia a los cirujanos en quirófano- y, a la vez, nuevos inconvenientes para su comercialización definitiva.

 

Coches que se conducen solos, drones e internel global

Los visionarios del laboratorio Google X ya ha desarrollado con éxito un coche que no necesita conductor. Como cualquier invento revolucionario, Google Car tiene una larga carrera de obstáculos que superar hasta hacerse habitual en las calles. Su aspecto cartoon y su discreta velocidad (un máximo de 40 kms. a la hora) solo son trabas iniciales. Hubo que adaptarle pedales y volante para uso manual de emergencia y el FBI sospecha de él por ser susceptible de caer en uso criminal.

 

Google comparte
con Facebook su interés
por que internet sea
gratuito y universal.

 

Otra de sus controvertidas líneas de exploración es el proyecto Wing, un sistema de drones que transformará para siempre los servicios de entrega a domicilio. La navegación automática se apoya en la experiencia de Google en geolocalización. Por supuesto, estos vehículos aéreos autónomos tienen también montones de aplicaciones ilícitas, tantas como dificultades para lograr su permiso de explotación.

Google comparte con Facebook su interés por que el acceso a internet sea gratuito y universal –sus modelos de negocio dependen de que todo el mundo esté siempre conectado-. Reducir las áreas en la Tierra donde falta cobertura es otro de sus campos de trabajo. El proyecto Loon pretende usar una red de globos aerostáticos a 32 kms. de altura para dar señal WIFI a todo el planeta.

 

 

Salud de hierro

La rama médica se denomina Google Life Sciences y su proyecto estrella es el Baseline Study, un profundo aprendizaje de la naturaleza de las enfermedades. En su fase inicial, Baseline estudió a 175 personas en busca de los marcadores que delatan las dolencias, aun antes de manifestarse, y su interconexión en patrones nunca antes interpretados. Su objetivo es procesar esa infinidad de datos para establecer modelos predictivos y nuevos sistemas de diagnóstico.

Vigilar en todo momento las constantes vitales ya es posible gracias al monitor médico de pulsera. Lo suficientemente fiable para su uso en hospitales, así como las lentes de contacto inteligentes que miden los niveles de glucosa de los diabéticos y avisan si algo va mal.

 

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A la realidad desde la ciencia ficción

El desarrollo i+D es muy sensible al espionaje industrial. Es fácil de entender que cualquier empresa investigue con discreción. Sin embargo, cuando el secretismo afecta a avances tan espectaculares como estos, se presta a rumores de todo tipo. Desde terapias contra el envejecimiento hasta inteligencia artificial, humanoides, nanotecnología, nuevas fuentes de energía y hasta un ascensor espacial… cuesta imaginar serenamente qué estarán cocinando los visionarios de Google X.

Pero, en lugar de soñar entusiasmados cara al futuro, miramos con recelo todas estas promesas. Sería ingenuo imaginar Alphabet como una corporación bienintencionada y filantrópica, como vimos al incipiente Google en su día -cuando a Gmail se llegaba por la invitación de un amigo-, tan de buen rollo, con su manera fresca y atractiva de entender las cosas.

 

Necesitamos una relación
más inteligente con el entorno
y la sociedad.

 

El concepto del progreso optimista hace mucho que pasó de moda. Los grandes lobbys industriales determinan qué tecnologías se implantan y cuáles se silencian y, centrados en sus políticas especulativas de rendimiento inmediato, parecen arrastrar a la humanidad hacia el desastre. Necesitamos urgentemente otra manera de afrontar las cosas para reconducir la situación. No solo máquinas con nuevas prestaciones para que deseemos comprarlas impulsivamente, sino una nueva óptica para mirar al futuro. La esperanza en una relación más inteligente con el entorno y los recursos naturales, menos enfocada en el dinero y más sensible con el resto de la sociedad.

 

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Las redes sociales conviven en un espacio muy competitivo: las conversaciones entre personas. Pese a ofrecer prestaciones diferenciadas, optan a públicos muy similares; por eso rivalizan unas con otras en un mismo territorio, sin dejar oxígeno para muchas más. Entonces, ¿no es una idea disparatada lanzar una nueva precisamente ahora? Los creadores de Ello, la red social cool y ad-free que analizamos en este post, demuestran que no.

 

 

Aunque tengamos perfiles en varias plataformas, no podemos ofrecer la misma dedicación a todas ellas. Empleamos nuestro tiempo en las favoritas y nos olvidamos del resto. Para no perder su atractivo, una red social debe tener actividad e interacción de las personas. Si nos aburrimos hablando solos, la abandonaremos sin pestañear. Un buen ejemplo es la malograda Google+.

 

El negocio social media

Mantener el servicio de estas plataformas es muy caro. Hasta que se encontró la fórmula para monetizarlas, no había modo de rentabilizar esa inversión. Se intuía el inmenso valor de sus activos si cotizasen en bolsa, pero no se veía claro cómo sacarles partido sin deteriorar la experiencia de los usuarios. Primero se pensó en convertirlas en servicios de pago, pero esto habría ahuyentado a todo el mundo. ¿Cómo explotar esas bases de datos sin generar una estampida? El declive de Twitter es una buena lección para todas las plataformas a las que se les fue de las manos su modelo estratégico.

 

Monetizar los datos
de los usuarios
obliga a una
expansión sin freno.

 

Las redes sociales han convertido a sus feligreses en un producto mercantil. Facebook, junto a su filial Instagram, es la red social que mejor ha sabido hacerlo -de hecho, muchos usuarios todavía no se han dado cuenta-. El éxito de su estrategia se basa en su posición hegemónica. Solo la red social dominante puede vender el lote de la globalidad. Es frecuente escuchar quejas sobre Facebook desde dentro, sin embargo, permanecemos en ella a pesar de todo. Mientras nuestros amigos sigan activos ahí, no habrá un lugar alternativo. Al final, una sola red social acaba por acapararlo todo extensivamente y se convierte en el escenario inevitable donde estar y actuar, excluyendo al resto como plazas secundarias.

 

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El origen de Ello

Ello germinó en repulsa a la comercialización de las personas como unidades de consumo entregadas a los anunciantes. En origen, era una red privada que inventaron un puñado de artistas y programadores de Denver para uso personal. Sus fundadores la idearon como un revulsivo contra el uso comercial de los datos de los usuarios y el declive de las redes sociales convencionales, que habían dejado de ser divertidas, sepultadas por anuncios y la presencia de las marcas.

Abrirla al resto del mundo fue posible gracias a nuevos inversores, que inyectaron más de 10 millones de dólares entre 2014 y 2015, y a que sus creadores se dieron cuenta de que podía cumplir una misión social. Su carácter romántico queda perfectamente reflejado en su manifiesto, toda una declaración de intenciones contra la especulación basada en datos personales y pautas de consumo.

 

¿Por qué es especial?

Desde el primer momento, salta a la vista que Ello no es una red social convencional. Ha sido definida por sus creadores como simple, bonita y libre de anuncios. Su sensibilidad estética y su filosofía activista marcan una enorme diferencia respecto al resto. Viene influenciada por una concepción artística de la comunicación, donde los posts parecen cuadros colgados en las paredes de una galería de arte.

Admite fotografías de formatos gigantescos y aunque ya tiene su app móvil, Ello está diseñada para la gran pantalla. Su interfaz es de una plasticidad experimental, donde la intuición importa menos que la curiosidad por manejarse. Es tan sintético y minimalista que obliga a probarlo todo para descubrir cómo funciona. Ello sigue en beta desde que abrió sus puertas y no ha dejado de incorporar nuevas prestaciones.

 

Ello apela al sentido común
y la responsabilidad
de cada usuario,
sin tutelas paternalistas.

 

El aspecto de la plataforma ya determina cómo utilizarla. Los usuarios advierten enseguida qué cosas están contraindicadas, sin que haya una batería de restricciones. Ello es un santuario para los creativos, como Vimeo respecto a YouTube, donde las normas de validación para todos los públicos resultan innecesarias.

Si cuelgas una foto de pezones al aire, nadie te la censurará. Tampoco te pondrá pegas si no usas tu nombre verdadero –cláusula que introdujo Facebook en su nueva normativa-. Su permisividad alcanza los contenidos porno. No se trata de simple libertinaje, sino de algo mucho más profundo. Ello apela al sentido común y la responsabilidad de cada usuario, sin tutelas paternalistas.

A grosso modo, Ello es una plataforma cuidadísima que hay que explorar y experimentar. Su simplicidad de lenguaje recuerda a los primeros tiempos de las redes sociales, a la ingenuidad y la confianza primigenia que permitía conectarnos con amigos y con desconocidos interesantes, antes de que se popularizaran y se desvirtuasen. Como comunidad, es un anacronismo. Da la impresión que Ello desee ser la alternativa a todas las cosas feas que han traído las redes sociales, pero llega demasiado tarde para corregir nada.

 

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La renuncia a la publicidad

En la plataforma no hay anuncios, ni se comercializan los datos de los usuarios. La diferencia entre una red social libre y una red social vendida reside en su política comercial. Ello se acoge a una nueva modalidad empresarial de EEUU, una Public Benefit Corporation, una empresa con fines de lucro que se destina a la sociedad en su conjunto y no se focaliza únicamente en dar dividendos a sus inversores.

A Ello se le puede reprochar que le falta gancho. Es hermosa, pero no es adictiva. En ese sentido, carece del magnetismo de Pinterest y su pulsión por coleccionar imágenes sin fin. Esto puede verse como una desventaja, salvo que no haya necesidad de competir con las demás plataformas. Monetizar los datos de los usuarios obliga a las demás redes sociales a una expansión sin freno. Esa ambición obliga a gustar a todo el mundo, a ser indeterminadas, inofensivas y redondear su personalidad para facilitar una aceptación universal. Ello no ha sido diseñada para eso. No parece dispuesta a desvirtuarse a favor de la popularidad global.

 

Abierto a colaboraciones con los usuarios

Ello proyecta la ilusión de pertenecer a un club, un santuario que abre los brazos a los descontentos con las demás plataformas. Esto se traduce en la presunción de haber diseñado al fin la red social perfecta, algo del todo incierto. Ello escucha las aportaciones de sus usuarios, ofreciendo un sistema de diálogo y participación. Estar abierto a sus opiniones es la mejor manera de acertar en las mejoras que se desarrollen en el futuro, así como la vía más inmediata de enriquecerse con ideas nuevas y añadir el valor de las colaboraciones desinteresadas.

 

Ello no compite
por un mercado,
sino por una
experiencia colectiva.

 

De Ello, hay que destacar el directorio de comunidades, páginas con contenido específico (arquitectura, diseño, literatura, deporte, coches, etc.) que cualquiera puede proponer a la dirección de la plataforma. Los coordinadores supervisan su viabilidad y dan luz verde. Las comunidades son categorías temáticas cuya gestión es delegada en los propios usuarios. Tienen un moderador a su cargo, con un perfil especial, desde el que administra el contenido. Nosotros tenemos el honor de experimentar esa faceta fascinante: mi compañero Gonzalo Cervelló es el responsable de la comunidad @ellowebdesign.

 

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¿Me la recomiendas?

Antes de sugerirte que abras cuenta en Ello hay que preguntarse cuál es tu relación actual con otras redes sociales. Muchas personas lo harán por curiosidad, o por deseo de estar a la última y probarlo todo, pero posiblemente no logre engancharlas a la primera y desistan pronto.

En ese inmenso museo blanco donde colgar tus colecciones personales, no es raro que, desde el primer momento, personas desconocidas se interesen por lo que haces. Los usuarios son sociables y hospitalarios, manteniendo una buena predisposición generalizada. Por ahora, es un paraíso amable exento de vulgaridad. Además, Ello también es una buena fuente de documentación creativa, donde abundan las recomendaciones de trabajos fascinantes. El intercambio de información aporta utilidad a tener presencia allí.

Ello no compite por un mercado, sino por una experiencia colectiva. Da la impresión que siempre será minoritaria. Hay un grueso estrato social que jamás se interesará por ella. Eso, lejos de desmerecer su valor, mantendrá su integridad a salvo durante más tiempo. Cuando estés harto de las redes sociales, este puede ser tu remanso de paz, tu refugio zen donde desintoxicarse de las conversaciones banales, la gente que grita y el ruido de la desinformación.

Si te animas a estar en Ello, puedes seguirnos en @emilioferrer y @gcervello.

Cada vez que Apple anuncia novedades en la Worldwide Developers Conference (WWDC) se desbordan los ríos de tinta. Los rumores apuntan a expectativas que no siempre son confirmadas. Esta edición, que se celebra entre el 8 y el 12 de junio en San Francisco, ha servido de puesta de largo a una larga serie de actualizaciones.

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OS X 10.11. El Capitan

Craig Federighi, Vicepresidente Senior de Ingeniería de Software, confirmó que más del 55% de los usuarios de Mac ya usan Yosemite, antes de anunciar que el último sistema operativo X 10.11 se llamará como la gran roca de granito que preside el parque nacional californiano: El Capitan.

Los avances son gestuales, como un ligero temblor para agrandar el cursor del ratón o la incorporación del icono de altavoz en la barra del navegador. Con el objetivo de facilitar las búsquedas, la herramienta Spotlight salta del concepto para abrirse al contexto y volverse más intuitiva. Aunque no se recuerde el nombre exacto de un archivo, bastará con darle pistas para que lo encuentre.

El Capitan también dejará al usuario dividir la pantalla en multitarea de Windows. Por último, está logrando los gráficos SDK metal 3D para mejorar los juegos y las aplicaciones, doblando su rapidez de respuesta. El Capitan queda liberado en beta desde hoy y su disponibilidad completa está prevista para otoño.

iOS 9

Era fundamental explicar que estaban añadiendo inteligencia al sistema operativo iOS 9. Federighi detalló las mejoras en Siri: un nuevo “contexto sensible” nos permitirá pedirle “Recuérdame sobre esto” cuando, por ejemplo, nos llamen desde un número que no reconocemos, para que busque similitudes en nuestros emails. Siri también puede sugerirnos gente para invitar a eventos, o recomendarnos aplicaciones que nos gustan según nuestro comportamiento en cada momento del día.

También llegan mejoras a las aplicaciones, como la indexación de los enlaces en Notas y la información sobre el tráfico en Mapas. Por descontado, si buscas una empresa por su dirección, Mapas te dirá si acepta o no Apple Pay, la plataforma de pago de Apple.

Además, se anunció la nueva aplicación News, que personaliza el contenido de las noticias cada vez que el usuario abre la aplicación. La aplicación Flipboard-like incluye gráficos que adoptan la estética de la fuente de noticias y facilita a los usuarios navegar hacia las mejores historias.

En cuanto al iPad, se añaden nuevos gestos de respuesta, como el uso de dos dedos para tocar el teclado y convertirlo en un touchpad. Útil, por ejemplo, si se desea arrastrar texto a un email. El soporte multipantalla también llega al iPad, permitiendo usar dos simultáneamente. Una nueva visión en deslizamiento deja ver una aplicación mientras se está usando otra en pantalla completa.

 

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Apple Pay

Jennifer Bailey, Jefe de la División, anunció que Square lanzará un nuevo lector que soporta el servicio. También dijo que los pines de pago de Pinterest serán compatibles. Apple Pay será lanzado en julio en Reino Unido, con el apoyo de Transport for London, para usar en metro, autobuses y trenes.

Swift 2.0 y todos los kits

Craig Federighi hizo un repaso rápido a los kits en desarrollo de Apple, que abarcan desde la hidratación o dar soporte a la reproducción asistida en los Healthkit, o la alarma que detecta monóxido de carbono del Homekit. Swift 2.0 será de código abierto.

 

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watchOS

La nueva versión del reloj de Apple presenta imágenes de cabecera, como un álbum rotativo con las fotos de fondo que elija el usuario, o cualquier cosa que prefiera, desde horarios de vuelo hasta resultados deportivos.

Los usuarios pueden girar su corona digital para Time Travel y ver los datos inminentes, como las citas programadas para el día o el tiempo que le espera al salir a la calle. Otras mejoras incluyen la capacidad de responder emails, ver vídeos o hacer FaceTime sin necesidad de tocar el reloj (pidiéndoselo a Siri). Las prestaciones que indican el estado del tráfico en tiempo real o la información adicional de los Mapas también están englobadas aquí.

HomeKit también tendrá cabida en el reloj, permitiendo, por ejemplo, controlar la temperatura de casa desde él.

 

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Apple Music

En el último ejercicio, App Store ha superado los 10 billones de descargas y paga 3 billones de dólares a los desarrolladores. Hoy se confirmó oficialmente que el servicio de streaming Apple Music funciona con iTunes. Los usuarios pueden buscar contenido en “my music” o descubrir sugerencias automáticas en la lista “for you”, que también muestra el nombre de la pista entrante, a fin de prepararlo para lo que se aproxima.

Para poner en marcha “For you”, Apple Music preguntará acerca de tus preferencias musicales a las fuentes de las canciones, artistas y playlists. Siri también trabajará contextualmente con Apple Music cuando le pidas temas concretos, aunque no recuerdes ni el título ni el artista.

La leyenda de la música Jimmy Iovine promete dar a los usuarios “la canción adecuada en el preciso momento” gracias a su radio Beats1, una emisora mundial ininterrumpida, organizada por el DJ Zane Lowe de la BBC Radio One. Los artistas pueden subir sus trabajos a Apple Music Connect y ayudarse en ganar visibilidad. Un medio de vincular directamente los músicos con sus fans.

Apple Music será lanzado el 30 de junio y la subscripción costará 9’99$ al mes. Habrá un plan familiar por 14’99$ válido para 6 personas.

 

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